FDV 89

Capítulo 89:

Como están? Después de tanto tiempo, por fin un capítulo nuevo de FDV! Les pedimos disculpas por la demora pero por imprevistos y demás, no tuve más opción que hacer una pausa. Pero lo prometido es deuda, y aquí les dejo el primer capítulo extra (aun no tengo fecha de subida para el próximo cap pero será dentro de poco) que les debíamos desde Junio, espero lo disfruten tanto como yo! ❤

-M&L

¡Capítulo extra! (1/2)

Selena se acercó hacia Ignis, que se encontraba sentado con una postura que reflejaba su inquietud.

La expresión de Ignis se endureció. ¿Estás enfadado? Aunque, no parece molesto.

Más bien, era como si estuviese aturdido…

‘¿Qué pasa?’

Selena quería preguntarle, pero no lo hizo. Solamente se sentó al lado de Ignis sin decir una palabra.

«…»

Ignis simplemente siguió mirando a la nada, sin prestarle atención a Selena.

¿En qué estás pensando? Quería preguntarle, pero de nuevo, no lo hizo. Porque pensó que lo mejor que podía hacer ahora, era no decir nada estúpido.

«Celestine.»

¿Cuánto tiempo habían permanecido en silencio? Al fin pudo escuchar la voz de Ignis. Rápidamente, Selena levantó la cabeza y lo miró.

«Si, Su Alteza. Dígame.»

Ignis se quedó viendo a Selena. Después de que él parpadeara unas cuantas veces, inmediatamente suspiró y seguido a eso, le preguntó.

«¿Estás casado?»

«¿Perdón?»

¿Estoy casada sin saberlo?

«Arash me dijo, que tenías una prometida en tú casa. Y que cuando su tratamiento termine, te casaras con ella.»

Ah, hablabas de Rose. Selena se mordió los labios.

No sabía que esto sucedería. Si lo hubiera sabido, me habría encargado de esta situación antes. Podría haber mentido diciendo que Rose es mi prima.

Pero ya estaba hecho. Selena le respondió en un tono bajo.

«Oh, bueno… Eso se había hablado al principio, pero no está confirmado.»

«Están juntos desde hace 5 años.»

Celestine, eres un idiota. ¿Por qué le contaste todo eso a Arash? Selena a duras penas contuvo sus insultos.

«Es cierto…»

Ignis sonrió con tristeza. Por alguna razón, él pareció perderse en sus pensamientos. Selena entrecerró sus ojos y lo miró directamente.

«Estuvo mal de mi parte asumir que no tendrías pareja. Fue mi culpa.»

Ignis dejó salir un profundo suspiro.

Cuando escuché las palabras de Arash, no podía creerlo. No quería creerlo.

Aun así…

En el pasado, ¿cuántas mujeres habían mostrado interés hacia Celestine? Quizás, fue culpa mía, por no haber pensado en que él tuviera pareja, alguien tan popular.

Debería habérselo preguntado desde el principio.

Ignis dejó salir otro suspiro.

«Celestine.»

Celestine lo escuchó con atención. Aun en esta situación, él se le hacía tan tierno a Ignis que no pudo evitar reírse para sus adentros.

«Tú…»

De a poco, Ignis abrió la boca.

«¿Me quieres?»

Selena ladeó la cabeza. ¿Por qué preguntas eso tan repentinamente? No entendía del todo, pero aun así podía responderle.

«Si, te quiero.»

Seguramente, lo dices como amigo. Ignis no pudo contener su sonrisa.

«Yo también.»

Miró a Celestine. Su rostro quemado por el sol, grandes ojos, nariz respingada y sus labios, que siempre se trasformaban en una gran sonrisa.

Esta persona me gusta.

No importa lo que digan, o lo que sea que pueda pasar, está bien. Porque, tú me gustas.

Tragándose las palabras que no podía decir, Ignis le respondió.

«A mí también, me gustas.»

Mis sentimientos eran más intensos que los tuyos. Ignis juntó las manos, y añadió.

«En fin, me dijeron que todavía no estaban casados.»

Selena inmediatamente asintió con la cabeza.

«Así es. Considero que todavía es muy pronto para casarse.»

«Cierto.»

Ignis le contestó, y luego volvió a permanecer en silencio. Selena tuvo que quedarse callada una vez más, porque él se veía como si estuviera pensando algo con mucho detenimiento. 

Sintió la brisa del viento. Selena cerró sus ojos mientras dejaba su cuerpo a merced de la brisa fresca de verano. Le agradaba esa sensación de cosquilleo que le producía.

Mientras observaba el perfil de Celestine, Ignis lentamente abrió la boca.

«Hoy.»

Él habló con un tono confiado.

«Voy a anular mi compromiso con Ilea.»

Al escucharlo, los ojos de Celestine se abrieron de par en par, casi como si estuvieran por salirse. Pero Ignis no terminó ahí.

«Pienso que eso me haría tener la conciencia tranquila.»

Me sentía liviano, como si me hubiera quitado una carga de encima. Me hizo preguntarme, ¿por qué no tomé esta decisión antes?

***

[Por favor, regresa lo antes posible.]

Ilea, que había estado bebiendo hasta la madrugada, se levantó a duras penas después de recibir un mensaje de parte de su padre.

Normalmente, habría enviado a alguien para arrastrarme afuera de la taberna.

Pero, ¿enviarme una carta?

¿Quiere decir que no puedes arriesgarte a enviar una persona?

Ilea se esforzó por espabilarse y, torpemente, siguió intentado pensar el motivo.

‘Tengo una hipótesis, pero… Oh, mi cabeza.’

Hip. Se cubrió el hipo con el dorso de su mano. Debió haber bebido demasiado. Se preguntaba hacia qué lado ir.

Ilea fue directo hacia el callejón. Y después de caminar por el lugar vacío, se apoyó contra la pared.

Se sentía descompuesta. Ugh, su estómago vacío se revolvía.

Y en ese momento.

Escuchó un extraño sonido provenía del interior del callejón.

¿Fue un grito? No, más bien ¿era algo quemándose?

Ilea se movió en esa dirección por instinto. Probablemente, porque estaba borracha. Ya que de otro modo, era algo que jamás habría hecho si estuviese sobria.

Y cuando giró en la esquina del callejón.

«Oh, Dios.»

Vio a una mujer con el cabello rojo, tan rojo que parecía fuego, como si estuviera ardiendo, y a un hombre inconsciente. La sangre brotaba de su cuerpo y manchaba el suelo. Ilea pudo sentir como el alcohol se evaporaba de su cuerpo.

«¿Por qué hay alguien aquí a esta hora?»

La mujer chasqueó la lengua y frunció el ceño. Lentamente se acercó a Ilea.

«¿Me viste?»

Tenía que escapar, pero sus pies no se movían. Esos ojos de color rojo fuerte parecían tenerla atrapada.

«Si, me viste.»

La mujer refunfuñó y se cruzó de brazos.

«Hmn. Es una pena tener que matarte.»

Tan pronto terminó de hablar, Ilea alzó la voz.

«¡No le diré a nadie!»

«¿En serio?»

«Lo digo en serio. Las personas me conocen por ser alguien que tiene la boca cosida. De verdad, no le diré a nadie.»

Quizás podría sonar como una chica sin modales, pero, ¿qué más podía hacer? Ilea no quería ser asesinada en un lugar como este.

¿Acaso a esta niña se la comió el miedo? La mujer miró a Ilea con una sonrisa más amable que antes.

«Eso fue tierno.»

Entonces, se descruzó de brazos. Y con una mano, corrió su voluminoso pelo hacia un lado.

«Bien, entonces. Si se llegan a enterar de lo que pasó hoy, creeré que fue culpa suya, señorita.»

«Si. ¡Pero nadie se enterará!»

Ilea añadió con rapidez.

«Después de todo, ese tipo no era una muy buena persona. Era un borracho, golpeaba a su esposa e hija, y cada vez que venía a la tienda, era un maldito agresivo que apostaba al póker.»

«¿Maldito agresivo? ¿No es demasiado, siendo que sale de la boca de una noble joven señorita?»

La mujer comenzó a reírse. Se asemejaba a una brillante rosa roja floreciendo, así que Ilea no pudo evitar quedarse mirándola.

«Es cierto. Mis motivos para matar a las personas son buenos.»

La mujer se rio por un rato más y mientras se limpiaba las lágrimas de sus ojos, dijo.

«Me agradas.»

¿Yo? Ilea sonrió mientras pensaba que había sido afortunada entre tanta mala suerte.

La mujer se acercó a Ilea.

«Si alguien la molesta en un futuro, dígamelo. La ayudaré.»

Le susurró en el oído, con una voz extremadamente suave.

Ilea se perdió en ella por un momento, y entonces, se dio cuenta que la mujer ya estaba caminando a sus espaldas.

«¡Disculpe!»

Ilea miró a la mujer, y esforzándose, le sonrió con alegría.

«¿En dónde puedo encontrarla, señorita?»

«¿Señorita?»

Al escuchar como la había llamado, la mujer se rio brevemente.

Y miró a Ilea, que estaba en frente de ella. Era como una pequeña y tierna ardilla bebé. Era normal que cuanto más la mire, más le gustase.

«Si deseas verme, yo te encontraré primero.»

La mujer sonrió e inclinó su cabeza, acercándose a la de Ilea. Entonces, le dio un gentil beso en la mejilla.

«Puedes llamarme Corneille.»

***

«…»

En el cuarto reinaba el silencio. El ambiente, peor que el frio silencio, se sentía muy fácil de irritar, y feroz a la vez.

Se debía a Rowan, que se encontraba sentado en el medio del cuarto, y observaba a Ignis con el rostro inexpresivo.

¿Qué les ocurre?

Selena miraba a Rowan y a Ignis alternativamente.

Ignis podría haber tranquilizado a un Rowan enojado, pero ahora mismo, lo estaba ignorando por completo. Y Rowan parecía estar mucho más resentido de lo normal.

Así que a medida que el tiempo pasaba, el aire se helaba.

Al final, Selena ya no fue capaz de soportar el ambiente tenso, y dio un intento.

«Señor Gauer.»

Lentamente, Selena se acercó a Rowan.

«¿Le gustaría almorzar? Ya casi es mediodía.»

«Estoy bien, gracias.»

Rowan le contestó sin mirar a Selena. Él simplemente seguía clavando su mirada en Ignis.

«Debería preocuparse más por Su Alteza el Príncipe que por mí. ¿Acaso no es el caballero al que el Príncipe tanto adora?»

«¿…perdón?»

«Porque soy el asistente de Su Alteza el Príncipe, al cual tanto ignora. No debería preocuparse si almorcé o no.»

Él dijo con sarcasmo. ¿De qué está hablando? Selena no lograba entender.

«Rowan.»

Ignis, que estaba trabajando, se detuvo un momento y levantó la cabeza de los documentos. Luego miró a Rowan a través de los lentes que llevaba puestos.

«¿Cuánto tiempo más planeas seguir así?»

«Hasta que Su Alteza vuelva a ser el mismo.»

A pesar de la mirada fría con la que le observaba, Rowan no se detuvo.

«¿En serio está loco? ¡Ya se lo dije ayer!»

Se paró de un salto como si no pudiera soportar más su ira.

«¿A dónde envió la carta que escribió esta misma mañana al Archiduque Enoch?»

Fuu, él exhaló y se despeinó el cabello.

Pensé que sería un sentimiento pasajero.

Pensó que Ignis, quien nunca antes había recibido sinceridad de parte de los demás, ahora solo estaba sintiendo un muy intenso, pero momentáneo amor.

Que pronto pasaría.

No pensé que se enamoraría perdidamente como un loco por un tipo como este.

«¡Sin el apoyo del Archiduque Enoch, es imposible Su Alteza!»

«¿Me veo tan débil?»

Pero el tono de Ignis era frío. Ahora mismo no se veía como un infante caprichoso incapaz de controlar sus emociones. Observó a Rowan con la mirada fría.

«Aun si consiguiese el trono con la ayuda del Archiduque, ¿acaso seguiría siendo completamente mío?»

«¡Eso…!»

«El Archiduque es la cabeza de la facción de los nobles. ¿No deberías asumir que puede ser influenciable?»

«¡Después pensaré en eso!»

«Rowan.»

Ignis negó con la cabeza.

«A mi también se me ocurrió una idea.»

Si tienes una mejor idea, ¿por qué te ves tan nervioso? Selena se tragó esas palabras y esperó a que Ignis hable.

TL: mawi

ED: Litten

No spoileen porfi (ɔ˘ ³ (ˆ‿ˆc)

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